domingo, 21 de octubre de 2012

GASTROENTERITIS



Gastroenteritis

Gastroenteritis

Definición

Es una inflamación de la mucosa gástrica (del estómago) y del intestino debido a un agente infeccioso (virus, bacterias...), tóxico, traumático, etc. Se suele manifestar con diarrea (consistencia líquida de las heces con aumento del número de las deposiciones), acompañado o no de náuseas, vómitos y de dolor abdominal.

La gastroenteritis pueden aparecer en forma de casos aislados o puede formar parte de un brote infeccioso (por salmonelosis, por ejemplo) con numerosos casos, en función del número de personas sometidas al agente causal (comidas infectadas en bodas, banquetes). Lo más frecuente es la forma en que aparecen casos aislados o esporádicos. Generalmente la enfermedad, cuando tiene un origen infeccioso, se contrae por vía oral, por la ingestión de agua o alimentos contaminados. 

Cuando la causa es infecciosa normalmente está producida por un virus, las infecciones por bacterias son menos frecuentes, otros microorganismos patógenos (parásitos...) pueden también producir gastroenteritis infecciosas, siendo estos últimos más frecuentes en entornos en los que la higiene es menor, siendo cada vez menos frecuentes en España. La gastroenteritis es una afección muy común en la infancia, aunque en el mundo occidental es raro que sea grave.

Muchos son los virus que pueden causar gastroenteritis, incluyendo rotavirus, norovirus, adenovirus, sapovirus y astrovirus. La gastroenteritis no viral es causada por bacterias (como Salmonella enterica o Escherichia coli), por parásitos (como Giardia lamblia) o por medicamentos u otros agentes médicos, aunque los síntomas pueden ser similares. Una visita al médico puede determinar si la diarrea es causada por un virus o por otras causas.
 

Síntomas 


 Los síntomas más frecuentes son vómitos, náuseas, dolor abdominal y diarrea. La persona afectada puede padecer también dolor de cabeza, fiebre y calambres musculares.
El tipo y la gravedad de los síntomas dependen del tipo y de la cantidad de la toxina o del microorganismo ingerido. También varían de acuerdo a la resistencia de la persona a la enfermedad. Los síntomas a menudo comienzan súbitamente (a veces de forma llamativa) con pérdida de apetito, náuseas o vómitos.
Pueden presentarse ruidos intestinales audibles, retortijones y diarrea con o sin presencia de sangre y moco. Las asas intestinales pueden dilatarse con el gas y causar dolor. La persona puede tener fiebre, sentirse decaída, sufrir dolores musculares y notar cansancio intenso.
Los vómitos repetidos y la diarrea pueden conducir a una marcada deshidratación y a una intensa hipotensión (disminución de la presión arterial). Tanto los vómitos excesivos como la diarrea pueden causar una grave pérdida de potasio, que se traduce en bajos valores sanguíneos de éste ion (hipopotasemia).
También bajan los valores de sodio (hiponatremia), particularmente si la persona repone el volumen perdido bebiendo sólo líquidos que contengan poca sal (como el agua y el té). Todos estos desequilibrios son potencialmente graves.
En general, los síntomas empiezan 1 a 2 días después de la infección que causa la gastroenteritis y puede durar de 1 a 10 días, dependiendo del agente que causa la enfermedad.


Tipos y causas

Intoxicaciones puras por una toxina: los trastornos se deben a la ingestión de la toxina preformada del alimento contaminado (periodo de incubación corto).
Formas infecciosas: se deben a la multiplicación en el organismo de gérmenes ingeridos con los alimentos contaminados (periodo de incubación prolongado).
Las toxiinfecciones alimentarias obedecen a la ingesta de alimentos contaminados, en particular carne y aves de corral, huevos, leche y productos lácteos, pescado y productos crudos del mar.
La mayoría de las veces los gérmenes causantes son Salmonella, Stafilococo aureus, Clostridium perfringens, Campylobacter jejuni, Bacillus cereus.
 

Diagnóstico

Generalmente la gastroenteritis viral es diagnosticada por un médico sobre la base de los síntomas y el examen médico del paciente. La infección por rotavirus puede ser diagnosticada mediante pruebas de laboratorio de una muestra de heces. Los exámenes para detectar otros virus que causan la gastroenteritis no se utilizan de forma rutinaria.
Lo más importante en el tratamiento de la gastroenteritis es prevenir la pérdida severa de líquidos (deshidratación). Este tratamiento debe comenzar en casa. El médico puede darle instrucciones específicas acerca de qué tipo de líquido debe consumir. Los medicamentos, incluyendo antibióticos (los cuales no tienen ningún efecto sobre los virus) y otros tratamientos, deberán ajustarse a las prescripciones realizadas por un médico.
 

Tratamiento de los niños

El objetivo del tratamiento es hacer que el niño esté cómodo y prevenir la deshidratación. Los siguientes consejos pueden ser útiles, si bien, lo más importante es seguir las instrucciones dadas por el pediatra:
  • Asegúrese de que el niño guarde reposo.
  • Para prevenir la deshidratación dele a su niño abundantes líquidos tales como agua o caldos. También puede darle una solución hidratante oral como Pedialyte, la cual puede conseguir en una tienda de alimentos o farmacia. Inicialmente, haga que el niño tome pequeños sorbos del líquido para evitar las náuseas.
  • No le dé a su niño bebidas que contengan mucho azúcar ya que pueden empeorar la diarrea. Tampoco le dé bebidas para deportistas, las cuales no tienen la mezcla adecuada de agua, azúcar y minerales y podrían empeorar los síntomas.
  • Cuando su niño pueda volver a comer dele sus comidas habituales.
  • Pregúntele al médico de su hijo si debe evitar algunos alimentos mientras se recupera de la gastroenteritis.
Acuda a su médico si observa los siguientes síntomas:
  • Si tiene más de 38º de fiebre.
  • Hace más de 6 horas que vomita y tiene diarrea.
  • Tiene diarrea sanguinolenta (con sangre).
  • Está aletargado.
  • Tiene dolor de estómago muy fuerte.
  • No logra retener ni siquiera pequeñas cantidades de líquido.
  • Muestra señales de deshidratación, como orina muy oscura o escasa, sed excesiva, boca seca o mareo.                                  
                                                                  

Tratamiento de adultos

Las medidas generales que se deben tomar en caso de gastroenteritis son: reposo relativo, en función del estado del paciente, fácil acceso al baño. Si los vómitos no son muy importantes, bebidas por boca, como té edulcorado, gaseosas o soluciones equilibradas de reposición electrolítica.

Si los síntomas son más graves, hidratación parenteral (en un hospital) con reposición de electrolitos. La dieta debe ser aumentada progresivamente, según la tolerancia, con cereales cocidos blandos, gelatina, consomés, pudines simples y huevos ligeramente cocidos.
Habitualmente, el único tratamiento necesario para la gastroenteritis viral es la ingestión de líquidos adecuados. Incluso una persona que esté vomitando debe tomar pequeños sorbos de líquido para corregir la deshidratación, lo que a su vez puede ayudar a que cesen los vómitos. 

Si éstos se prolongan o el individuo se deshidrata gravemente, puede ser necesario administrar los líquidos por vía intravenosa. Dado que los niños se deshidratan con mayor facilidad, ellos deben recibir líquidos con un balance apropiado de sales y azúcares. Cualquiera de las soluciones de rehidratación disponibles comercialmente es satisfactoria.

Sin embargo, no son apropiados para los niños con diarrea los líquidos que generalmente se administran, como las bebidas carbonatadas, el té, las bebidas consumidas por deportistas y los zumos de frutas. Si los vómitos son intensos, el médico puede administrar una inyección o prescribir supositorios.
A medida que los síntomas mejoran, el paciente puede añadir gradualmente a la dieta comidas blandas como cereales cocinados, plátanos, arroz, compota de manzana y pan tostado. Si la modificación de la dieta no corta la diarrea después de 12 a 24 horas y si no hay sangre en las heces que indique una infección bacteriana más importante, pueden administrarse fármacos específicos bajo prescripción médica.
Como los antibióticos pueden causar diarrea y favorecer el crecimiento de organismos resistentes a los mismos, raramente resulta apropiado su uso, aún en el caso de que una bacteria conocida esté produciendo la gastroenteritis.
Sin embargo, los antibióticos se pueden usar cuando los causantes son ciertas bacterias como el Campylobacter, la Shigella y el Vibrio colerae. En cualquier caso, el tratamiento será siempre prescrito por un médico.
 
 

7 comentarios:

  1. muy buena informacion te rrecomiendo un video

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  2. hay que feo :( tantos riesgos que hay buen trabajo

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